TALLER PARA EL
MEJORAMIENTO DE LA LECTURA CRÍTICA POR MEDIO DE LOS TEXTOS PERIODÍSTICOS 6
|
Título : Coca:
la chispa de la vida
|
Tipo de texto
periodístico: Columna
|
Información Bibliográfica: Caballero , Antonio (2016).La
Chispa de la vida. Revista Semana. Recuperado de http://www.semana.com/opinion/articulo/antonio-caballero-fumigacion-de-los-cultivos-de-coca-con-glifosato/493105
|
Síntesis: en Colombia
se prohibió fumigar con glifosato los
cultivos ilícitos, el fiscal , ex gobernantes dicen que se deben reanudar
aunque este sistema no disminuyo la producción durante los años que más se utilizó 2006-2007 , se exponen argumentos a favor
de la legalización de los cultivos.
|
Actividades a
realizar
Consulta de la biografía
de Antonio Caballero (http://biografias.wiki/antonio-caballero/;
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/cabelleroanto.htm )
1.Leer el
título y preguntar a los estudiantes
de que creen que
habla la lectura
Escuchar grabación o hacer una lectura oral
por parte del docente
2.Lectura por
parte de estudiantes que deseen participar.
3.Los estudiantes subrayar partes del texto que presenten:
Información poco clara
Que muestre
posibles versiones parcializadas
Que permitan
ver la posición del autor frente a la información que presenta.
4.Los
estudiantes elaboran preguntas acerca del contenido implícito y las hacen a
sus compañeros.
5. Responden
las siguientes preguntas
¿Qué quiere
decir el fragmento subrayado ?
¿Cuál es la
solución que se expone para evitar el uso de la fumigación aérea?
Como ciudadano colombiano y según lo
expuesto, ¿ en qué te beneficia y en que te afecta la fumigación aérea?
¿Por qué
piensas que Antonio Caballero menciona a Coca cola?
¿ Escribe dos
preguntas que te gustaría que Antonio
Caballero te respondiera relacionadas con su escrito?
|
Anexo
OPINIÓN
COCA: LA CHISPA DE
LA VIDA
Por Antonio
Caballero
Como la coca
solo empieza a dar cosecha al año y medio hay que inferir que el aumento de
cultivos se dio antes de la suspensión de la fumigación
Dice el fiscal
general que hay que reanudar las fumigaciones aéreas de los cultivos de coca
con glifosato –o con el menos perjudicial para la salud humana glufosinato de amonio–, porque
han aumentado. Es también la opinión –que varios de nuestros sucesivos
presidentes han considerado vinculante– del embajador de los Estados Unidos.
Y la del recién
destituido procurador, que sabe Dios. Y es también la opinión del pugnaz
expresidente que se niega a dejar de ser presidente en ejercicio. Responde el
ministro de Justicia que el aumento no tiene nada que ver con las
fumigaciones, porque cuando más intensamente se fumigó –en los años 2006 y
2007– fue cuando más crecieron las áreas cultivadas. Deberían saberlo
Martínez, Ordóñez, Whitaker, Uribe: el aumento de la oferta obedece al
aumento de la demanda, y este al aumento del consumo. Los responsables no
están en Colombia, sino en el mundo entero.
No sé si
ocuparse de los cultivos lícitos o ilícitos forma parte de las atribuciones
de un fiscal (que han ido creciendo con los apetitos de los sucesivos
fiscales, como también ha ocurrido con la Procuraduría). Tampoco sé si la empresa Monsanto, productora del glifosato (pero no sé tampoco si
también produce el glufosinato de amonio) figura en la larga lista de
clientes multinacionales del bufete de abogados también multinacionales DLA Piper
Martínez Neira. Pero me parece muy raro que un hombre tan capaz y bien
informado como el muchas veces exministro y exsuperministro y hoy abogado
litigante en receso y fiscal general en activo sea ciego al más sencillo
cálculo aritmético: las fumigaciones se suspendieron en octubre de 2015: hace
diez meses. Y como la mata de coca
solo empieza a dar su cosecha de hojas al año y medio hay que inferir que el
aumento de los cultivos se dio antes de la suspensión de la fumigación, y no
como consecuencia de esta.
Todas las cosas
relacionadas con este tema son malas, una por una. El herbicida glifosato es
malo para la salud: por eso quienes lo utilizan manualmente para usos
agrícolas o jardineriles usan máscara, que no tienen los campesinos cocaleros
cuando el veneno les llueve del cielo. La fumigación aérea es mala para la
soberanía nacional: ¿por qué tiene que hacerse en aviones alquilados a los
Estados Unidos y pilotados por mercenarios norteamericanos? Los cultivos de
coca son malos para los bosques, pues hay que talarlos para abrirles campo,
una y otra vez, selva adentro, huyendo de las avionetas fumigadoras. Los
cristalizaderos de la cocaína –las cocinas, que las autoridades llaman
pomposamente “laboratorios”– son malos para los ríos, que envenenan con
cemento y gasolina y ácido sulfúrico. Las mafias que controlan el comercio
son malas para la moral, para la justicia, para la paz. Para todo. Pero todas
esas cosas, que sin duda son malas, no son la raíz del problema. La raíz del
problema es la prohibición.
Si no fuera por
la prohibición, todas esas cosas malas se transformarían en cosas buenas como
por arte de magia. Para empezar la misma coca sería buena, como lo fue
durante milenios: una planta no solo útil sino también sagrada en el Nuevo
Mundo, como lo ha sido la vid en el Viejo. Pero dejando de lado lo sagrado
–la sangre de Cristo– también en lo simplemente recreativo sería buena la
cocaína derivada de la hoja de coca, como lo es el vino sacado del fruto de
la vid. En moderadas dosis de buena calidad: como lo es el vino, como lo es
el aguardiente que en Colombia produce el mismo Estado, como lo es el whisky,
cuya calidad se puede controlar porque su producción y su comercio son
legales. Los cultivos de coca serían buenos: explotación agrícola legítima en
tierras que no tendrían por qué venir de la tala de los bosques vírgenes,
porque no estarían perseguidos. Los dineros de la coca serían legales en toda
la cadena, y en consecuencia buenos para la economía, la moral, la paz y la
justicia. Porque no estarían en manos de mafias criminales, sino de
agricultores y procesadores y negociantes legítimos.
Y habría un
considerable ahorro en gastos de pesticidas: porque la coca no sería una
peste, sino una bendición. Como lo es el vino para los pueblos mediterráneos,
o el aquavit, agua de vida, para los escandinavos, o el whisky –del gaélico
irlandés ‘uisce beata’, que es también agua de vida– para los irlandeses y
los escoceses. La coca volvería a ser una planta de vida, como lo fue
siempre, y no “la mata que mata”, como se le ocurrió llamarla a algún
“creativo” de anuncios publicitarios: uno que simplemente invirtió el sentido
del eslogan de la Coca-Cola: “La chispa de la vida”.
Colombia: zonas rurales viven angustia por uso de glifosato
Coca cola la chispa de la vida https://www.youtube.com/watch?v=W7KdPhWDJuE
|
BIENVENIDOS En este blog aprenderás acerca de los textos periodísticos y de la lectura crítica por medio del análisis de los mismos.
Taller 6
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario